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miércoles, 29 de diciembre de 2010

EL FACTURAZO ENERGÉTICO

Lo inteligente este fin de año sería comenzar a celebrarlo a eso de las siete de la tarde para concluir, tomándose las uvas sobre las doce menos cuarto procediendo inmediatamente después a apagar las luces y a encender unas románticas velas porque, como todos saben ya, nada más entrar en el año 2011 el precio de la luz se incrementa casi un diez por ciento mientras que el del gas subirá casi un tres por ciento.

El incremento del precio de la energía es notablemente superior al incremento del Índice de Precios al Consumo y responde a dos cuestiones importantes: la primera, evidentemente, es el deseo y la necesidad de llenar unas arcas públicas que están absolutamente vacías tras años de despilfarro y la segunda es reflejar en la factura que paga el consumidor el precio real de producción de una energía que, hasta ahora, venía siendo mínimamente subvencionada por el Estado, aunque tal subvención no constituía ningún obsequio para los ciudadanos porque el modelo energético que tenemos, el cual se basa en formas de producción de electricidad muy caras, fue, tan libre como erróneamente; adoptado por los sucesivos gobiernos sin contar con nadie.

No obstante, siendo para todos perjudicial el incremento del precio de la luz y del gas un diez y un tres por ciento respectivamente, lo peor de todo es que, a pesar de tantos derechos nominalmente reconocidos a los consumidores, tal subida se va a efectuar maquinal y solapadamente con carácter retroactivo aplicándose la misma, aproximadamente, desde el mes de Junio del 2010 porque las suministradoras energéticas llevan meses sin leer los contadores de millones de hogares españoles facturando en base solo a consumos estimativos por lo que, en este mes de Enero, cuando se proceda a la lectura y se facture en base al consumo real de energía, se aplicarán los incrementos establecidos a consumos de energía correspondientes a meses anteriores a la entrada en vigor de los mismos lo que supone que las “tan grandes e insignes empresas banderas de la economía española” van a utilizar prácticas más propias de los golfillos protagonistas de nuestra literatura picaresca que de empresas mercantiles serias que aspiran a ser competitivas.

Los ciudadanos de este país tienen el derecho y el deber de saber que la subida de la electricidad y del gas es consecuencia de la ausencia de un “Plan Energético Nacional” realista y eficaz que ningún gobierno ha querido realizar en los últimos treinta años así como de la inexistencia de un único gran sector energético público que evite que el calor de los hogares españoles en el frío invierno dependa de las caprichosas fluctuaciones del libre mercado. Así pues, una vez más, las consecuencias de la falta de previsión de quienes, por los cargos políticos y administrativos que ostentan, tienen la obligación de tenerla la van a pagar los pobres ciudadanos que vienen sufriendo en silencio una sucesión de malos gobiernos.

El incremento general de los precios que tendrá lugar el uno de Enero próximo y que no solo afecta a la electricidad y al gas sino que también se extiende a los transportes públicos unido a la congelación de las pensiones, a la supresión de la ayuda familiar a los parados y a la reducción de los salarios (no solo de funcionarios) que se prevé en un futuro muy próximo llevará a la población de nuestro país a una irremediable pérdida de poder adquisitivo y a un empobrecimiento generalizado que ya no puede ni debe imputarse exclusivamente a la mala gestión del presente gobierno sino que debe atribuirse por completo a la ineficacia y a la corrupción de todo el régimen imperante en nuestro país.

martes, 28 de diciembre de 2010

RECOMENDACIONES BIBLIOGRÁFICAS PARA ESTAS NAVIDADES


Como ya es tradición de este blog y sumándose a la costumbre de intercambiar regalos en estas fechas navideñas, “El Chouan Ibérico”, desea sugerir nuevamente a sus lectores que regalen libros porque, en este tiempo de incertidumbre solo propicio para demagogos y sofistas, no está de más conocer para saber, saber para tener las cosas claras y tener las cosas claras para no ser engañado.


Así pues, “El Chouan Ibérico” ofrece a sus lectores la siguiente pequeña relación de libros editados recientemente y que se consideran de interés para próximos regalos siendo de excelentes temáticas y calidades editoriales.



- “El Sueño Celta” de Mario Vargas Llosa, editorial Alfaguara. Novela histórica centrada en Roger Casement, el Lord loco, personaje que tuvo un papel decisivo en la humanización de la política colonial belga en el Congo y que pretendió organizar el levantamiento irlandés en la Pascua de 1916.


- “Retorno a la Lealtad” de Manuel Martorell, editorial Actas. Ensayo histórico sobre la oposición carlista al régimen de Franco en la que el autor describe la situación de persecución y represión que sufrieron los carlistas por parte del régimen anterior.


- “Memorias de Ultratumba” de Francois-Rene de Chateubriand, editorial Cátedra. Obra fundamental de un autor de gran influencia literaria durante el siglo XIX que describe todos los acontecimientos políticos y culturales de los que fue testigo en su vida pública.


- “Inés y la Alegría” de Almudena Grandes, editorial Tusquets. Novela histórica que tiene como telón de fondo la invasión del Valle de Arán en 1944 por guerrilleros republicanos. Con esta novela la autora inicia una serie de “Episodios Nacionales Contemporáneos” siguiendo el ejemplo de don Benito Pérez Galdós.


martes, 21 de diciembre de 2010

TIEMPO DE REFLEXIÓN


Ya volvemos a entrar en esta entrañable época que poseen todos los años que, a pesar del economicismo que de todo tiempo, lugar y circunstancia pretende hacer negocio, es sinónimo de alegría y momento de felices reuniones familiares, pero también de recogimiento y profundas reflexiones.

Reflexionando es como hemos de encarar la presente Navidad de este año 2010 que se despide con más de cuatro millones de parados y un empobrecimiento generalizado de la presente y de la futura población española.


Los que aún disponemos de la suerte de departir entre turrones y cava con familiares y amigos en esta Navidad, tenemos que tener muy presentes a los que están sufriendo los efectos de esta terrible crisis por encontrarse en el paro, por tener próxima la extinción de la ayuda familiar o por tener puestos de trabajo precarios y mal remunerados y reflexionar sobre la situación que padecen muchos de nuestros compatriotas.

La reflexión que en este tiempo deberíamos encarar es un ejercicio espiritual e intelectual libre e individual, pero las conclusiones de la misma no puede ser más claras: han fracasado todos los discursos materiales, ha fracasado el neoliberalismo económico que nos ha llevado a la actual situación y han fracasado todos los discursos políticos que, pretendiendo independizarse de toda moral, se han dedicado a fomentar y a justificar tal neoliberalismo.

No obstante, no podemos ni debemos caer en la desesperación, sino todo lo contrario, debemos tener Esperanza, mucha Esperanza, y ponerla allí donde no nos han defraudado porque lo que realmente nos sacará a todos y a cada uno de esta terrible crisis es un sencillo programa político-social ya enunciado precisamente por estas fechas hace dos mil años: “Amaos los unos a los otros”.

De todas formas y a pesar de las circunstancias, a todos aquellos que deseen reflexionar en estos días, a los que no y a los que están siendo azotados por esta maldita crisis que no han generado y que, por lo tanto, no pueden solucionar, les deseo: UNA MUY...

¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!

sábado, 11 de diciembre de 2010

ESTADO DE ALARMA, SEÑAL DE ALERTA

Hasta el momento nadie ha caído en la cuenta de que la declaración del Estado de Alarma decretada por el gobierno socialista ante la incomparecencia en sus puestos de trabajo de los controladores aéreos puede entenderse como una demostración de fuerza tendente a prevenir futuras movilizaciones frente a los radicales recortes socio-económicos que pueden ser aprobados en el futuro.


La pretendida y más que dudosa “modernización” de la administración del estado que se ha venido haciendo en España desde la promulgación de la Constitución de 1978 no solo ha supuesto el incremento desmesurado del número de funcionarios y trabajadores públicos sino también que haya ido apareciendo una categoría privilegiada entre estos que, por los puestos que ocupan o por las funciones que desempeñan, serían capaces de paralizar por completo los servicios imprescindibles para el funcionamiento mínimo del estado llevándolo al colapso.


A los miembros de esta categoría privilegiada de empleados públicos que trabajan, bien en empresas públicas o bien directamente en la administración, se les ha mantenido alejados de acciones reivindicativas y dentro de la “paz social” concediéndoles, por parte de todos los gobiernos que ha habido en España, numerosos beneficios entre los que se encuentra desorbitados emolumentos y jornadas laborales reducidas o ampliamente flexibles.


Cuando empieza a ser evidente que la crisis económica que padecemos hace imposible sostener por más tiempo los privilegios de estos sectores minoritarios de empleados o funcionarios públicos y cuando es previsible que en un futuro no muy lejano se tengan que tomar urgentes y poco o nada populares medidas económicas que impliquen incluso recortes importantes en servicios públicos básicos que afectaran gravemente a la vida de muchos ciudadanos, el gobierno ha querido dar un claro e inequívoco golpe de fuerza preventiva demostrando que no se detendrá ante nada para aplicar y sostener dichas medidas.


Evidentemente, el pasado cinco de Diciembre los controladores aéreos echaron un pulso al gobierno en defensa de los privilegios adquiridos por este colectivo durante décadas llegándose a cerrar totalmente el espacio aéreo español con graves perjuicios a la economía española, pero lo que hay que preguntarse es si tales perjuicios ¿Justifican la declaración del Estado de Alarma con la consecuente suspensión de garantías y derechos constitucionales?.


Hay que recordar que el Estado de Alarma, que es el primero y el “más leve” de los estados de suspensión de garantías constitucionales que prevé la Constitución de 1978 siendo los otros dos el Estado de Excepción y el Estado de Sitio, no fue decretado ni el 11 de Marzo del 2010 cuando los cadáveres inundaban las calles de Madrid tan solo dos días antes de unas elecciones generales ni el 15 de Junio pasado cuando los trabajadores del metro de Madrid provocaron una situación similar a la provocada por los controladores aéreos con la total paralización del servicio de transporte suburbano de la citada capital. Considerando solamente que la situación provocada por los trabajadores del metro madrileño en Junio y la recientemente provocada por los controladores nos ponen ante dos situaciones idénticas con la paralización total e intencionada de un servicio público que presuntamente puede constituir un grave delito de sedición, surge una nueva pregunta ¿Por qué no se acudió a la declaración del Estado de Alarma ante la huelga salvaje de los trabajadores del metro madrileño?.


Así pues, existen muchas preguntas sin contestar y no pudiéndose esgrimir de forma lógica el argumento de garantizar la prestación de un servicio público y de evitar perjuicios para decretar el actual Estado de Alarma hay que buscar otras justificaciones ocultas y todo indica, como hemos dicho antes, que es la de advertir con una demostración de fuerza a quienes puedan promover movilizaciones ante los recortes sociales que se prevén en el futuro además de servir de oportuna pantalla para minimizar el impacto mediático y social que pudiera haber provocado la aprobación en el Consejo de Ministros del día 5 de Diciembre de la supresión, a partir del próximo mes de Febrero, de la “Ayuda Familiar” de 426.- Euros que venían percibiendo los parados de larga duración. Nos tememos que estamos ante una extraña utilización del “Estado de Alarma” que como poco es preocupante si no claramente alarmante y que ha de ponernos muy alerta de lo que se nos puede venir encima.


sábado, 4 de diciembre de 2010

TESTAMENTO POLÍTICO DE S.M.C. DON CARLOS HUGO DE BORBÓN PARMA

Mis hijos me lo han pedido y a ellos, a mis carlistas, a mis amigos, a los que me acompañaron con su fidelidad a lo largo de tantos años, dedico este escrito en el que me propongo fijar lo esencial del papel que ha desempeñado, desempeña y, estoy seguro, desempeñará nuestra familia en la historia.

Si enarbolamos como lema la "Esperanza", no fue para alentar una vana ilusión. "Esperanza" ha significado para nuestros antepasados a la vez una opción y un compromiso.

La opción era la de sostener un humanismo cristiano, fundamento de valores que se han perfilado cada vez mas a lo largo del tiempo, como la justicia, la solidaridad fraternal, la libertad, el respeto a los derechos humanos, a los derechos culturales de los pueblos, el respeto a la vida que la palabra antigua de "fueros" sobre-entiende. Pero, esto si, cuidando siempre, desde San Luis a Carlos VII y a mis antepasados mas próximos, de separar claramente la autoridad religiosa de la política, sin lo cual no se puede pretender alentar un verdadero humanismo cristiano. Para no ser estéril, el humanismo requiere que los valores sean capaces de promover cambios progresivos sociales, económicos y políticos. Porque hay una interrelación constante entre los valores que son el patrimonio mas precioso del hombre y la Vida. Los valores impulsan a la vida y esta, la vida de los hombres, el pensar y opinar de los hombres, a su vez en su dinámica nos obliga a volver a formular constantemente los valores que le han impulsado. Solo así se va hacia adelante. Por lo tanto, y aquí interviene la exigencia y el compromiso a los que me he referido antes, hay que saber ponerse al frente de estos cambios y no frenarlos como lo han hecho tantas veces los príncipes y los responsables políticos, para asegurar el avance de las sociedades y la paz que requiere.


Este es el papel de nuestra dinastía. Cada uno de sus miembros ha recibido gratuitamente en herencia multisecular una cierta autoridad histórica. Donde cesa la gratuidad es en el manejo de esta herencia: la sociología política habla de los "guardianes de la conciencia histórica de los pueblos" refiriéndose a los que están revestidos de un prestigio histórico. Pueden utilizarla pretendiendo interpretar solos y en sentido restrictivo esta coincidencia histórica para favorecer el culto a la personalidad o, al contrario, utilizarla para abrir las puertas de esta conciencia histórica hacia otros horizontes y nuevos valores, permitiendo responsabilizar a los pueblos con las tareas sociales y políticas.


Nuestros antepasados, hasta con tropiezos y errores, actuaron así, primero dentro del marco de naciones-estado como Francia, España y Parma, donde hemos reinado hasta hace poco; y cuando faltó este marco, como espacio de una autoridad reconocida, utilizando este don de Dios al hombre, el tiempo, el tiempo vital para seguir cumpliendo con su responsabilidad en el largo plazo de la historia. Así, mi padre, Don Javier, promovió el intento de paz separada en la primera guerra mundial entre Austria y los aliados, Francia, Bélgica e Inglaterra. Luego asumió el liderazgo político y dinástico del Carlismo, designado como era por el rey, Alfonso Carlos, en una de las etapas mas arriesgadas de su historia: la guerra civil. Participo en la segunda guerra mundial y en la resistencia al nazismo en Francia, tierra de nuestra estirpe capetiana, que le valió estar encerrado en el atroz campo de concentración de Dachau. Después retomo el mando del carlismo para su revalorización en aras de una preparación de la post-guerra.


Mi padre, Don Javier, me transmitió el testigo. En la etapa en la que, bajo su dirección, he estado al frente del carlismo, no solo como su Príncipe, sino como su líder y jefe político, ha sido marcada por esta voluntad de cumplimientos en el peculiar marco español y en la peculiar etapa del franquismo.
A nuestra generación, le ha tocado la clarificación ideológica del Carlismo, la expresión moderna de sus aspiraciones históricas, fueristas y socialistas y participar con otras fuerzas progresistas a la transición democrática. Junto a mis hermanas Ma Teresa, Cecilia y Mª. de las Nieves, junto a mi esposa Irene de Holanda y a todos los militantes que me secundaron, hubo que convertir a esta antigua fuerza popular en partido moderno y progresista, luchando contra la dictadura franquista en el largo camino hacia la democracia. Llevar, el increíble cambio de un régimen elevado sobre los escombros de una guerra civil a una democracia moderna, solidaria y abierta al mundo que alejó los fantasmas de la guerra civil y cambió completamente España, incorporándola a Europa. Cambio que se reputó de milagroso: así Dios opera sus milagros a través de los hombres cuando los hombres se inspiran en una espiritualidad cuyas raíces hay que buscar en la palabras de Cristo. También en los grandes maestros de la humanidad que han surgido a lo largo de la historia.

Luego tuvo lugar la vuelta a nuestro antiguo Ducado de Parma con la ambición, desde allí, desde nuestras tradicionales Ordenes familiares, de promover hombres y mujeres, una élite mundial que participen en una activa pedagogía política, económica, ecológica a través de artículos, libros y conferencias dirigidas a la naciente sociedad mundial.


Nos hallamos sin duda en un momento difícil de la historia del mundo. Los progresos en los campos de la tecnología y de la ciencia, en general en esta parte del Orbe, no se han revertido en la "aldea global" sino solo en esta área privilegiada en la que vivimos. Y aun, en lo que se refiere tanto al poder económico como al político, en favor de determinantes agentes de nuestra sociedad.


De allí el desorden, el caos que tanto temían los griegos, es decir, la ausencia de un orden profundo, de un orden basado en una opción humanista que regule toda la complicada maquinaria del mundo, tanto de la sociedad humana como del planeta en general. El resultado es, por una parte, la violencia como expresión de la ira de los pueblos, de determinados grupos en el seno de estos pueblos o de países enteros; ira sin rumbo, pero no sin razones, que se caracteriza como terrorismo, visto como si fuera una especia espontanea, cuando en realidad es el fruto detestable de otra violencia, la gran, la terrible injusticia que caracteriza el mundo actual, la gran y terrible inconsciencia por parte de los privilegiados que envuelve, en general, a esta injusticia.


Ahora quiero hablar del futuro, de la problemática mundial. Lo he dicho al principio. La Esperanza, lema antiguo de nuestra familia, tanto en su andadura francesa como española o italiana, nos exige realismo y voluntad de acción.

Aun teníamos una ambición mayor, la de hacer participar mas activamente la sociedad toda en la decisión política, a través de una gestión global responsable: gestión que abarque a la sociedad desde todas sus instancias en lo territorial como en otros ámbitos como el profesional, a todos los pueblos de España, a todos los pueblos de Europa, con sus tradiciones propias. Queda en pie el proyecto; no es estéril. Queda en pie como una proyección hacia la sociedad global, una sociedad cohesionada pero representativa. Hay que volver a construir una moral exigente en el campo de la justicia, del respeto a los derechos humanos y, el primero, a la creencia religiosa de cada pueblo, exigente en el campo de la solidaridad y de la compasión. Una moral compartida por los creyentes de las grandes religiones del mundo y por los que, sin pertenecer a ellas, están en línea con los valores que predican en el marco de un humanismo ilustrado. Hay que proponer un proyecto político factible de gestión común de la sociedad mundial, algo que los pueblos anhelan y que, de hecho, representan como intentos interesantes, aunque no suficientemente representativos, las grandes instancias internacionales de hoy día. Es la única manera de salvar la vida colectiva de los grandes peligros que la acechan, el primero de ellos de disolverse en un penoso y tumultuoso sobrevivir donde cada uno vela por sus propios intereses y aun lo proclaman con orgullo. El futuro no es solamente una secuencia cronológica del pasado. El futuro es una creación nueva; os lo confío.


Mis hijos, Carlos Javier, Jaime, Margarita y Carolina estáis todos, ya por vuestra propia opción de trabajo y voluntad, comprometidos con este proyecto en la profesión altruista que habéis elegido: ayudar a cambiar el mundo, cambiar el rumbo fatalista de la sociedad actual. A mi hijo mayor, Carlos Javier, que será el nuevo Duque de Parma, transmito solemnemente los derechos dinásticos que recibí de mi padre, seguro de que cumplirá con las obligaciones que suponen. Después de él sera a sus hijos legítimos y, si faltaran estos a su hermano Jaime.


Os puedo legar ahora el testigo. De donde esté velaré por el. Que Dios os guarde, mis hijos, mi familia toda, mis colaboradores, mis queridos carlistas y amigos y os permita cumplir con esta tarea.

Tomado, salvo error u omisión, de la revista Carlismo Hoxe - Extra de Novembro 2010

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