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miércoles, 22 de mayo de 2013

“REFLEXIONES SOBRE LA VIOLENCIA” de GEORGE SOREL



            Bajo el titulo general de “Reflexiones sobre la Violencia”, su autor, George Sorel (1847-1922), reunió en un libro publicado en 1908 una serie de artículos publicados a lo largo del año 1906 en el periódico “Syndicalisme Revolutionnaire” en los que ponía de manifiesto ciertas realidades sociales y políticas cuya falta de comprensión constituían y constituyen un obstáculo para el triunfo definitivo del socialismo.

            En “Reflexiones sobre la Violencia”, cuya lectura adquiere en los momentos presentes sumo interés para explicar las posibles causas del fracaso de la Socialdemocracia y de todo el movimiento contestatario de inspiración pacifista o gandhista, George Sorel descubre ciertas verdades intangibles de la acción política y de la sociología que son consustanciales a todo movimiento revolucionario y que, al ser ignoradas por los líderes socialistas, llevará al socialismo francés al fracaso más estrepitoso y a concertar la tregua con la burguesía conocida como la “Union Sacree” en 1914 (1).

            De los descubrimientos sociológicos y políticos que expone Sorel en sus “Reflexiones sobre la Violencia” cuatro son los más relevantes:

            1º. La distinción entre “Mito Social” y “Utopía”. Mientras que el primero es fruto de la experiencia, es decir, de la acción y de las masas trabajadoras lo que hace que el “Mito” siempre tenga una base de realidad o de realización aunque sea muy parcial, la “Utopía” no es más que una exposición ideal, jamás materializada ni total ni parcialmente, creada por una minoría intelectual con escaso o ningún contacto con los hechos del momento.

            2º. La creación y definición de la “Huelga General” como el único medio capaz que poseen los trabajadores para imponerse por sí solos y derrocar un régimen burgués. En este sentido Sorel admite y considera legítima la aparición de la violencia proletaria durante una “Huelga General” la cual siempre tendrá una finalidad política que es el derrocamiento del régimen burgués imperante por lo que nunca se podrá identificar “Huelga General” con los paros totales de duración predeterminada pues la “Huelga General”, en la concepción de Sorel, es una acción de guerra que solo puede concluir con la victoria, esto es, con caída del régimen político existente.

            3º. Diferenciación entre Fuerza y Violencia. Mientras la Fuerza son todos aquellos medios coactivos que posee un estado constituido para controlar y someter a la sociedad a la legalidad burguesa, la Violencia es el medio que los trabajadores pueden emplear para contrarrestar y enfrentarse a esa fuerza de los estados burgueses y derrotarla. El fin de la “Violencia” proletaria es obtener la victoria sobre la “Fuerza” del estado con lo que esa “Violencia” pasaría a constituirse en “Fuerza” y a quedar legitimada por el nuevo derecho que de esa “Fuerza” surgiría. Aún en el caso de no manifestarse la “Violencia” proletaria o de hacerlo de una forma mínima, Sorel afirma que la misma sirve de medio coactivo ya que las grandes concesiones realizadas por el capitalismo a la clase trabajadora siempre han sido logradas a causa del miedo de la burguesía a los actos de “Violencia” proletaria.

            4º. Crítica del parlamentarismo al cual considera como un medio de “domesticar” a los socialistas, los cuales al entrar en el parlamento quedan presos de intereses particulares y de compromisos con otras fuerzas que les hace perder todo carácter revolucionario y acercar sus pretensiones a las pretensiones de los burgueses que desean obtener la “paz social” a cambio de minúsculas concesiones. En la demostración de esta teoría, Sorel no deja de atacar a lo largo del libro al líder socialista y director de L´Humanité, Jean Jaurés (2), al cual acusa de haber llevado al Partido Socialista Francés a ser un simple medio de defensa de los intereses financieros y publicitarios de la redacción de L´Humanité.

            Dentro de la crítica al parlamentarismo, George Sorel critica el elitismo que engendra la institución parlamentaria al observar que los parlamentos siempre terminan copados por jerarquías previamente organizadas convirtiéndose en una especie de “clubs de caballeros” para personas que desean revestirse de cierta fama intelectual “hablando, teorizando y escribiendo largos artículos periodísticos”.

            Cien años después de publicarse “Reflexiones sobre la Violencia” puede afirmarse que las teorías de George Sorel resultaron en muchos casos proféticas al poder comprobarse, entre otras cosas, como durante la llamada “Guerra Fría” occidente desarrolló y mantuvo a cualquier precio “el estado del bienestar” mientras existió el miedo a la expansión del comunismo soviético y al ver, hoy en día, el estado de postración y liquidación al que la socialdemocracia, es decir, el socialismo parlamentario, ha reducido los logros de más de un siglo de lucha del movimiento obrero.









(1) La “Unión Sacree” fue la tregua política a la que llegó la izquierda francesa con el gobierno y los partidos de derechas durante la I Guerra Mundial que consistió en votar a favor del presupuesto de guerra, no oponerse al gobierno y no convocar huelgas mientras durase la guerra contra el Imperio Alemán. A esta “Unión Sacree” no se unieron ni los sindicalistas revolucionarios ni algunos líderes socialistas como Jaurés, tan criticado por Sorel en “Reflexiones sobre la Violencia”.

(2) Jean Jaurés (1859-1914), fue un eminente político socialista francés fundador del periódico L´Humanité. Conocido por su ateismo militante siempre fue opuesto a que la formación religiosa dejase de ser impartida en las escuelas francesas pues, no con mal criterio, afirmaba que “solo se puede estar en contra de aquello que se conoce”. Aunque fue muy atacado por George Sorel a causa de la financiación de L´Humanité por entidades financieras burguesas y por sus compromisos parlamentarios, fue uno de los pocos socialistas franceses y europeos que se opuso a la declaración de guerra de 1914, no aceptó la “Union Sacree”, y fue asesinado el 31 de Julio de 1914 en el Café de Croissant sito en la calle Montmartre de Paris mientras ultimaba un llamamiento a la internacional socialista para convocar una “Huelga General” europea contra la movilización y la guerra. Su asesino, Raoul Villain, tras cincuenta y seis meses de prisión preventiva fue juzgado y absuelto el 29 de Marzo de 1919 mientras que a la viuda de Jaurés se le condenaba a pagar las costas del proceso.

Raoul Villain tras su puesta en libertad se refugió en Menorca donde, como si de un caso de justicia poética se tratase, moriría asesinado por fuerzas políticas afectas al gobierno de la República en los primeros días de Julio de 1936.    

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