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jueves, 10 de abril de 2014

“LA DAGA Y LA DINAMITA” de JUAN AVILÉS FARRÉ


Portada del Libro
Con el título de “La Daga y la Dinamita” la editorial Tusquets, en su colección “Tiempo de Memoria”, ha publicado un curioso, peculiar y raro libro escrito por Juan Avilés Farré que, como su propio subtitulo indica, -“Los anarquistas y el nacimiento del terrorismo”-, más que satisfacer un vacío historiográfico sobre la violencia anarquista pretende vincular al anarquismo con los execrables actos terroristas que se cometen actualmente por todo el mundo reseñando para ello los entresijos de diversos actos violentos y criminales cometidos por militantes anarquistas a finales del Siglo XIX y principios del XX.

            En realidad, esta obra resulta desde el punto de vista histórico gravemente deficitaria porque si su autor hubiera querido recopilar la historia de la violencia anarquista debería haberse extendido hasta nuestros días no dejando de mencionar y analizar hechos históricos tan importantes como, por ejemplo, el asesinato de Canalejas en 1912 o el de Eduardo Dato en 1921.

            Parece ser que en “La Daga y la Dinamita” se intenta sentenciar que fue el anarquismo el origen del actual terrorismo, ignorando que magnicidios siempre han existido y, sobre todo, que el primer atentado terrorista con coche bomba tuvo lugar en Paris el 24 de Diciembre de 1800 contra Napoleón I, esto es, varias décadas antes del nacimiento del anarquismo como corriente ideológica y política. En este sentido no se puede sostener la tesis que se viene a defender en “La Daga y la Dinamita” de que lo que caracteriza al terrorismo anarquista es su carácter indiscriminado, lo que le vincularía con el actual terrorismo Yihadista, porque, entre otras cosas, el ya anteriormente mencionado atentado contra Napoleón I fue indiscriminado al dejar 52 víctimas entre muertos y heridos y encontrándose entre los fallecidos una niña de corta edad.

            “La Daga y la Dinamita” tampoco pretende ser, y de ahí su rareza, una historia del terrorismo sino que exclusivamente constituye un esfuerzo pseudo histórico y pseudo científico de vincular el anarquismo con el terrorismo del momento presente resultando una muy pobre y deficiente obra sobre las motivaciones del terrorismo y la historia de la violencia terrorista.

            En el primer capítulo de la “La Daga y la Dinamita” el lector podrá encontrar varias definiciones legales de terrorismo, cada cual más tendente a calificar de terrorista cualquier rebelión irregular contra un estado constituido a pesar de que ya los clásicos griegos definieron el terrorismo, con una certeza absoluta, como “el acto de matar a uno para ahuyentar a decenas”. Partiendo de esta definición clásica, terrorista es todo aquel acto, no necesariamente indiscriminado ni realizado fuera de la ley, que se realiza con la intención de aterrorizar, asustar o ahuyentar y, por ende, con la intención de dominar o doblegar voluntades, individuales o colectivas, por medio del miedo. Así, en “La Daga y la Dinamita” se echa de menos un capítulo dedicado al terrorismo de Estado cuya paternidad y orígenes sí se pueden atribuir, más razonada y certeramente, al Comunismo Bolchevique y, más concretamente, al Jefe de la Comisión Extraordinaria para la lucha contra el Bandidaje, el Sabotaje y la Contrarrevolución (CHEKA), Félix Dherzhinski,  que al afirmar que “Se ha de inculcar en todos los ciudadanos la sensación de que pueden ser detenidos y fusilados en cualquier momento y por cualquier motivo” sentó las bases intelectuales del terrorismo de estado, el cual constituye la más perfecta forma de terrorismo.

            En definitiva, “La Daga y la Dinamita” de Juan Avilés Farré resulta un libro decepcionante que solo aporta a la historiografía del anarquismo y del terrorismo algunas curiosidades menores que si bien pueden justificar su lectura en ningún caso justifican su compra.

2 comentarios:

Platypus dijo...

Vaya no conocía la horrorosa declaración de Félix Dherzhinski. Sabía que era mala persona, ahora con más fundamento.

Chouan dijo...

Pues es una de las citas clásicas de Dherzhinski.

Otra anécdota de este personaje es cuando presentó una lista de detenidos a Lenin y éste puso un símbolo de visto y al día siguiente cuando Lenin preguntó por los detenidos Dherzhinski le dijo que los había "fusilado como ordenaste ayer".

También hay numerosas cartas dirigidas a Lenin y a Stalin pidiendo "hombres más duros" para la Cheka.

Un saludo.

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