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martes, 19 de mayo de 2015

LA MADRE DE TODAS LAS CORRUPCIONES



            De un tiempo a esta parte no hay semana en la que no seamos informados por los medios de comunicación de algún nuevo caso de corrupción política en las Españas, apreciándose cada vez más, que la misma parece generalizada al extenderse a todos los partidos políticos que se encuentran en el poder o en sus aledaños. A pesar de los numerosos escándalos y de la creciente indignación de los españoles muy pocos se cuestionan el por qué de tanta corrupción considerándola simple y llanamente consustancial a la actividad política aunque realmente no tiene por qué ser así.

            En las causas de la corrupción política de cualquier país influyen numerosos aspectos: deseo de enriquecerse por parte de los políticos, el entender la política como una actividad laboral en vez de como un servicio público, ciertas tentaciones a las que es sometido el político electo por fuerzas económicas que se organizan y actúan como grupos de intereses y de presión, hipotecas adquiridas con los poderes empresariales, financieros y económicos durante las campañas electorales etc...  Todos estos aspectos se dan de forma oculta y subterránea por lo que, en general, la corrupción es imprevisible e inesperada para la gran mayoría de la población siendo prácticamente imposible el verla venir.

            Como "Spain is different", también tenía que serlo en este aspecto concreto de la corrupción política y ésta en nuestro país en vez de ser algo oculto y subterráneo ha sido más bien visible, pública y publicada. Estaba ahí, a la vista de todos, lo que ocurría y ocurre aún es que nadie quería verla, muchos la justificaban y muy pocos se cuestionaban sincera y racionalmente lo que estaba pasando. Si básicamente las causas de la corrupción existente en las Españas son idénticas a las de los demás estados de nuestro entorno, existe una gran diferencia y novedad que permite indicar que en nuestro país existe una corrupción que es la madre de todas las corrupciones: La Traición.

            La Traición, que puede recibir muchos nombres más suaves (como transfuguismo, cambio de chaqueta, etc...), es en el caso español la principal, cuando no el único origen de la corrupción política. La traición tiene distintas manifestaciones pero una única sustancia: el mudar de bando, pensamiento o discurso con el fin de mantenerse siempre en la primera línea de la política y próximo al poder. Traición es proclamar hoy una cosa y mañana otra diferente a fin de ganarse el mayor número de apoyos electorales, traición es tener hoy un pensamiento y mañana otro diferente, o incluso radicalmente opuesto, a fin de contar siempre con el aplauso de la opinión pública y traición es, en definitiva, el militar hoy en un partido político que ha estado próximo al poder pero que tiene problemas internos y pasarse mañana a otro partido que ha estado alejado del poder pero que las encuestas y los resultados electorales le revelan como una fuerza política emergente.  

No se debe confundir "Traición" con "Evolución Ideológica". A los veinte años una persona puede tener unas ideas que puede no tener a los cuarenta y eso no es traición sino evolución ideológica. La "Evolución Ideológica" siempre es un proceso lento y fruto de varios años mientras que la "Traición", que siempre se pretende justificar como una evolución, es un proceso rápido y, en el más disimulado de los casos, resultado de meses cuando no de semanas o de días. Por otra parte, lo que más diferencia una "evolución ideológica" de una "Traición" es que la dirección de la "Evolución Ideológica" es múltiple mientras que la "Traición" es un proceso monodireccional. Una "Evolución Ideológica" puede suponer un desplazamiento desde un grupo político que goza de cierta influencia política y social a otro grupo político que posee menor influencia o, incluso, ninguna; por su parte la "Traición" siempre supone un desplazamiento desde un grupo político, que o bien no tiene influencia o poder alguno o bien lo está perdiendo, hacía otro que la va ganando progresivamente.

            Aquellos que hoy están supuestamente defendiendo unos principios y unas propuestas dentro de unas estructuras políticas concretas mientras que estas se encuentran en el poder o en sus alrededores y las abandonan cuando dichas estructuras se alejan del poder para sumarse a otros proyectos políticos que son emergentes demuestran estar en la actividad política por puro interés personal, por puro deseo de tocar poder y, evidentemente, para aprovecharse de ello, llevándose esos intereses personales a esas nuevas formaciones políticas de las que pasan a ser parte, viciándolas y contaminándolas si es que fueran inmaculadas. En este aspecto hay que indicar que existe menos responsabilidad en el individuo que traiciona y pretende seguir beneficiándose de la actividad política que en la organización política que le recoge y le ampara nuevamente.

            Tal vez pueda encontrarse alguna justificación al hecho de servirse de un traidor y beneficiarse de un acto de traición pero en ningún caso se debe olvidar que el que traiciona una vez puede traicionar más veces y que si la traición se ha realizado mediando precio, promesa, recompensa o expectativa  en cuanto que el precio se extinga, la promesa se incumpla, la recompensa no llegue o la expectativa se defraude es seguro que el traidor volverá a traicionar de alguna manera. Por otro lado, si el acto de traición se ha realizado por la expectativa de adquirir cierto poder (como suele ser el caso de los tránsfugas), si se ampara esa ambición, es seguro que la corrupción en cualquiera de sus formas volverá a emerger bajo las nuevas banderas.

            Actualmente, se puede comprobar el fenómeno de como las dos nuevas fuerzas políticas que han surgido con cierta fuerza en el panorama político español se están nutriendo, en mayor o menor medida,  de individuos de otras formaciones políticas que, si bien actualmente se encuentran atravesando una grave crisis, hasta hace muy pocos meses gozaban de todo el poder o de porciones importantes del mismo. Estos individuos, que trasladan sus "lealtades" a las nuevas formaciones políticas, llevan tras de sí todo su pasado y vienen a aportar a las formaciones de acogida todos los vicios y maneras de hacer de las viejas formaciones que no han sido diferentes de las maneras de hacer y de los vicios de los individuos que hasta ahora las integraban.

            De hecho, el fenómeno no es nuevo ni novedoso aunque la generalidad de la población se ha negado sistemáticamente a verlo y a valorarlo adecuadamente porque los que asistimos como espectadores a aquello que se llamó "la Transición" pudimos comprobar un hecho similar cual fue el trasvase de cuadros y afiliados del Partido Único del régimen franquista a las numerosas formaciones que fueron legalizadas por aquellas fechas: UCD, Alianza Popular, PSOE, e incluso PCE y partidos nacionalistas periféricos, dándose no pocos casos de alcaldes que además eran Jefes Locales del Movimiento y que han continuado siendo alcaldes todos estos años con los distintos partidos que se han sucedido en el poder municipal.

            Mientras que existan formaciones políticas que den acogida y amparo a estos tránsfugas con la justificación de ganar afiliados y conseguir cuadros dirigentes, veremos como la corrupción, tras un tiempo de latente existencia, reaparecerá revitalizada  bajo las nuevas siglas y los nuevos símbolos llevándonos nuevamente por el sendero de la vieja política de oscuros intereses creados.

               

1 comentario:

Celtíbera dijo...

" LA CORRUPCION" con mayúsculas se ha instalado en España. Y no creo que haya quien la extinga, porque los sinverguenzas no han de pagar ningun castigo, mejor se denuncia al juez pertinente por loq ue sea " ensucia que algo quedara" y se le destituye, y asi "otros jueces" de "otra madera" se ocupan de que salgan libres y ejemplares. Inlcuso el fiscal por su actitud en algun caso como el de la princesa , parece que colabora haciendo de abogado defensor de quienes en principio, al menos, "aparecen" como culpables. El que diga que es inocente deberia decir juzgarme para que nadie pueda poner en tela de juicio mi honestidad. Pero claro no lo dicen, sabeis pòrque? ...... pues eso. Cada persona imputada , bajo sospecha de corrupcion o como ahora se diga...deberia de abandonar la politica que es el cultivo donde ha desarrollado su ilícita actividad por el tiempo que cueste demostrar su no culpabilidad, que inocentes ya no hay en estos tiempos. ¡¡¡¡ Y a robar a Sierra Morena!!!

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