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lunes, 3 de octubre de 2016

LA CRISIS DEL PSOE: UNA CRISIS DE LA IZQUIERDA



El escándalo surgido la semana pasada en el seno del Partido Socialista Obrero Español es la fase terminal de la crisis abierta en dicho partido desde el abandono de la Secretaría General por parte de Felipe González en 1997.

            Desde que el Partido Socialista Obrero Español perdiera, frente al Partido Popular, las elecciones de 1996 ha carecido de la imprescindible cohesión interna que le permitiera estructurarse como organización política. Así tras la dimisión de Felipe González como Secretario General en 1997 se pretendió que el partido quedase en manos del nuevo "líder" elegido por la Ejecutiva que fue Joaquín Almunia, éste ante la insistencia de la militancia y a fin de acallar los más que rumores, clamores, que apuntaban al PSOE como una organización de defensa de intereses particulares, organizó unas "primarias" para la elección de candidato a la Presidencia del Gobierno en las elecciones generales del 2000 en las que, contra todo pronóstico, fue superado ampliamente, con el setenta y cinco por ciento de los sufragios, por el candidato de la oposición Josep Borrell. Tras varios meses de sufrir todo tipo de presiones, Josep Borrell desistió de ser el candidato socialista a la presidencia del gobierno presentándose como tal en las elecciones del año 2000 Joaquín Almunia; de este modo la Ejecutiva socialista desoía a sus bases y obviaba una elección democrática de la militancia.

            Tras el descalabro electoral del año 2000 donde el PSOE perdió casi dos millones de votos y quince diputados respecto a las elecciones de 1996, Joaquín Almunia dimitió y se convocó un  Congreso Extraordinario en el que, tras competir con importantes "barones" socialistas apoyados por la Ejecutiva como José Bono, fue elegido Secretario General José Luis Rodríguez Zapatero.

            Durante los primeros años de gestión de Rodríguez Zapatero al frente del PSOE, la Secretaria General sufrió diversos intentos de sabotaje llegando  el sector oficialista a imponer al Secretario General el apelativo de "Bambi" ya que éste no consideraba a Rodríguez Zapatero un político realista ni adecuado para dirigir el partido. No obstante las elecciones del 2004, celebradas tres días después de los atentados del 11 de Marzo, dieron la victoria al PSOE que con más de once millones de votos obtenía el mejor resultado en número de sufragios hasta ese momento.

            Desde el punto de vista político general, la gestión de Rodríguez Zapatero en el gobierno durante los siete años siguientes no se puede considerar positiva ya que, sin duda que con la mejor de las intenciones, supusieron un retorno al "guerracivilismo" de los tiempos de la inmediata postguerra y contribuyó a la desestructuración territorial de un estado que no ha terminado de estructurarse en doscientos años. Esto, unido a la crisis económica mundial y a los recortes sociales acometidos durante el último año de gobierno socialista, hicieron que en las elecciones del 2011, el PSOE perdiera más de cuatro millones de votos y sesenta y nueve diputados.

            La pérdida de las elecciones del 2011 hicieron aflorar de nuevo en el PSOE las guerras intestinas acalladas desde la victoria electoral de 2004 lo que le ha impedido la realización de un análisis realista de la situación del país y la elaboración de un discurso coherente y adecuado a la situación social española. Esto, unido a la fuerte irrupción de una nueva formación política de izquierdas como PODEMOS  ha hecho que en las dos convocatorias electorales del 20 de Diciembre del 2015 y del 26 de Junio del 2016 el PSOE no haya hecho otra cosa que perder votos y representación parlamentaria al haberse convertido PODEMOS en una verdadera fuerza desestabilizadora del PSOE.

Si PODEMOS hubiera irrumpido en 2015 en el panorama político español con 10 ó 15 diputados no habría significado ninguna desestabilización para el PSOE, pero al irrumpir con 69 diputados era cuestión de poco tiempo que absorbiera a Izquierda Unida y generase graves problemas internos al Partido Socialista porque le ponía muy difícil recuperar parcelas pérdidas de poder en el ámbito municipal, autonómico y estatal lo que al ser un "Partido de Poder", es decir un partido cuya existencia solo se justifica si satisface a importantes sectores de su militancia el deseo de poder, le está llevando a perder militantes y votantes a favor de PODEMOS que terminará convirtiéndose también en un partido de poder.

            Los últimos resultados  de las elecciones del 26 de Junio de 2016 que, desde el punto de vista de la política estatal, han tenido la misma transcendencia que los de las elecciones del 20 de Diciembre del 2015 han puesto al PSOE en una difícil tesitura en la que, haga lo que haga, no podrá hacer otra cosa que perder. El PSOE, tras las elecciones del 26 de Junio del 2016, solo puede optar entre favorecer un gobierno del Partido Popular mediante la abstención o intentar formar un gobierno con todas las fuerzas de izquierda del arco parlamentario.

            En el caso de que favoreciera el acceso al poder mediante la abstención (no digamos ya con un pacto de gobierno o entrando en el gabinete)  provocaría tal pérdida de votos y militantes por su izquierda, que le haría perder cualquier posibilidad no ya de volver a gobernar sino de ser el principal partido de la oposición quedando reducido a ser "un residuo sólido" en el seno de la izquierda.

            En el supuesto de que el PSOE intentase o formase gobierno con todos los partidos de izquierdas del arco parlamentario estaría repitiendo la experiencia del Frente Popular de Febrero de 1936 en la que terminó, en tan solo tres años, partido en dos y prácticamente absorbido por el Partido Comunista de España siendo absorbido en el presente por PODEMOS. Y es que el principal problema que tiene el PSOE  es PODEMOS ya que su irrupción ha provocado que el partido socialista, ya dividido en "baronías", se divida en dos polos irreconciliables que son el polo de aquellos que quieren entenderse con el Partido Popular y Ciudadanos y el polo de aquellos que quieren entenderse con PODEMOS.

            Con el lamentable espectáculo que está dando públicamente; en el PSOE se está repitiendo la situación que se dio en Febrero - Marzo de 1939, en la que un sector completamente identificado con los comunistas y dirigido por Negrín había hecho propias las pretensiones del PCE y pretendía continuar la guerra, mientras que otro sector dirigido por Julián Besteiro, era partidario de poner fin a la guerra. La situación provocó "el golpe de estado del Coronel Casado", causo unos dos mil muertos  en el enfrentamiento armado que siguió al golpe, supuso la rendición del ejército republicano y significó que el PSOE quedase reducido a un grupúsculo minoritario dentro de la izquierda española que pasó a ser capitaneada durante los siguientes cuarenta años por un Partido Comunista hegemónico en la misma.

            No obstante, la actual situación del PSOE no implica ni hace previsible su  práctica desaparición como en 1939, sino su posible reducción a un "residuo sólido" que puede hacer entrar en una crisis global a la izquierda española. Hasta las elecciones de 2015, la izquierda española estaba articulada en base a un partido hegemónico (el PSOE)  que rondaba los ciento cincuenta diputados y una coalición Izquierda Unida, que liderada por el PCE, oscilaba según las circunstancias entre los diez y los veinticinco diputados y que podía servir de apoyo a la constitución de gobiernos por parte del PSOE. Ahora bien, un Partido Socialista convertido en "residuo sólido" puede fluctuar en las distintas convocatorias electorales y dependiendo de las circunstancias entre los cuarenta y los sesenta diputados lo que significaría que, si bien dejaría de ser la principal fuerza de la izquierda y que sería superado ampliamente por PODEMOS, un hipotético gobierno de "izquierdas" requeriría forzosamente del apoyo de los partidos nacionalistas lo que haría que ese "residuo sólido" socialista jamás se sumase a esa iniciativa por lo que en esas circunstancias... la izquierda tardaría muchísimos años en volver a gobernar en España o, tal vez, no la volvería a gobernar jamás. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuando he leído el término despectivo “Bambi” me ha venido el recuerdo de que conocí a un afiliado de la UGT que vivió muy de cerca el ascenso de Zapatero y que afirmaba, muy serio, que Zapatero, fuera de los focos, era un auténtico depredador dentro del Partido.

Con respecto a espectáculo del PSOE, pese a todos los pesares, me genera pena. Porque Podemos se desinflará más temprano que tarde. No puedo olvidar cuando salió a aplaudir la traición de Tsipras a su pueblo tras el referéndum, por lo que ¿qué puedo esperar de Podemos?… Y si el PSOE se convierte en lo que Ud. define como “residuo sólido”, sinceramente sí que parece difícil que la “izquierda” pueda volver a gobernar en España. La palabra “izquierda” va entrecomillada porque me cuesta situarlos a la izquierda en un mundo liberal (o neoliberal) en el que desarrollan su actividad.

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