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martes, 12 de septiembre de 2017

ANTE EL REFERÉNDUM CATALAN Y LA CRISIS DE UN RÉGIMEN



La Asociación 16 de Abril, organización carlista de memoria histórica y pensamiento crítico, en relación a la convocatoria de un referéndum de autodeterminación por parte del Parlamento de Cataluña y el más que esperado choque entre el Poder Central y las autoridades catalanas, de consecuencias imprevisibles, quiere manifestar lo siguiente:

            1) La crisis, innegable ya, del llamado «Estado de las Autonomías», cuyos primeros síntomas se expresaron durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE), es inseparable de una crisis más amplia, la del propio régimen político de la Segunda Restauración, que como consecuencia de sus limitaciones estructurales es cada vez más incapaz de integrar y representar a amplios sectores de la población española. Se evidenció en lo que se refiere al plano territorial tanto con el «Estatuto Político de la Comunidad Libre asociada de Euskadi», aprobado por el Parlamento de la C.A.V. en 2004 y rechazado por el Congreso de los Diputados en 2005, como con el nuevo «Estatut d'autonomia de Catalunya», aprobado en referéndum por el pueblo catalán en 2006 y declarado inconstitucional por el Tribunal Constitucional en 2010. El crecimiento exponencial en la sociedad catalana de un sentimiento secesionista, hasta entonces muy minoritario, hay que entenderlo como resultado de la frustración generada por aquella Sentencia del Tribunal Constitucional, en contra de la cual inmediatamente se movilizó un millón de ciudadanos catalanes en una manifestación convocada con el lema «Som una nació, nosaltres decidim».

            2) Pero en el camino que lleva a la grave situación del momento actual, no debemos olvidar la responsabilidad partidista de una clase política que ha demostrado de manera persistente su total irresponsabilidad cívica, tanto en Madrid como en Barcelona, al utilizar la táctica de «o conmigo o contra mí» con el fin de generar una cortina de humo que desviase la atención ciudadana de la multiplicación escandalosa de los casos de corrupción o del coste social de sus políticas neoliberales. Se abrieron brechas tanto en las Españas como en la propia Cataluña que van ser a ser difíciles de cerrar adecuadamente.

            3) Los carlistas asumimos y defendemos el derecho de autodeterminación de todo pueblo para decidir las estructuras políticas en las que desarrollará su vida social. Pero también sentimos y reivindicamos la tradicional españolidad de la nación catalana, ya que sin la identidad española no se entiende la catalana y viceversa. Por todo ello rechazamos el esquema de los dos boques nacionalistas, que identifica de manera errónea la «autodeterminación» como derecho democrático con la «independencia» como proyecto político, al mismo tiempo que la españolidad como realidad histórica con el modelo político y cultural del Estado-Nación construido a imitación del centralismo francés y con olvido precisamente de esa misma realidad histórica, la de la verdadera tradición española.

            4) Así, ante la consulta del 1 de octubre, consideramos que ni el momento es el más oportuno ni el contenido de la papeleta es el más afortunado. Por un lado, con un Gobierno del Partido Popular que ha salido reforzado de las últimas elecciones generales, mientras emergen voces que plantean una reforma constitucional en clave recentralizadora y aún más autoritaria, con el cierre definitivo del proceso autonómico en todo el territorio español. Por otro, en el referéndum de 2014 se planteaba una doble pregunta, «¿Quiere que Cataluña sea un Estado?» y «¿Quiere que este Estado sea independiente?», que a través del SI-NO permitía definir una tercera vía federativa. En esta ocasión solamente habrá una única pregunta, «¿Quiere que Cataluña sea un Estado independiente en forma de República?», lo que condiciona inevitablemente los términos del debate público.

            5) Ignoramos que va ocurrir al día siguiente del referéndum, pero lo que sí sabemos es que la tensión entre unionismo y secesionismo no ha hecho más que empobrecer a la sociedad española y catalana. La reconstrucción de puentes, dentro de la propia Cataluña y con las demás Españas, es una necesidad urgente, pero solamente puede ser abordada desde una perspectiva que vaya más allá del concepto jacobino del Estado-Nación, antítesis de nuestra tradición foral, y que nos permita reencontrarnos como Pueblos en una España federal y plurinacional.


Asociación 16 de Abril
Apdo. de Correos 62.044
28080 Madrid 
 

1 comentario:

Juli Gan dijo...

Como mera espectadora, hay gran parte de la sociedad catalana que ha dejado atrás ese discurso y piensa en una estructura de Estado diferente. Todo cambia, no se si para mejor o peor. Si se llega al día 1 con todo lo previsto, si ninguna de las partes enrocadas cambia de enfoque, contemplaremos algo inusitado. El día 2 veremos si trae consecuencias más o menos graves, más o menos efectivas.

Como científica social me parece fascinante, como ciudadana afincada en Catalunya, tengo mis temores.

Un afectuoso saludo.

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